Cuento acumulativo bien construido, con una estructura repetitiva y encadenada clásica. En las ilustraciones, a doble página, detalladas y dulzonas, prevalecen los tonos azules y verdes que van evolucionando hacia una explosión final donde predomina el amarillo. Todas ellas, compuestas para presentar al lector la doble página como si estuviera contemplando un escenario, representan la misma habitación en la que la cama ocupa la página derecha pero, según avanza la historia, va cambiando el punto de vista: elevándose poco a poco hasta la mitad de la historia, descendiendo desde que la mosca pica y despierta al ratón.