Ilustraciones limpias y graciosas, que juegan con colores planos y distintas texturas. En ellas se aprecia el estilo estándar picassiano, tan frecuente hoy, que deforma las figuras para mostrar lo que cada vez interese más, y que representa personajes con el hocico horizontal y los ojos planos.
Los textos de El pequeño conejo blanco, que juega con rimas sencillas para subrayar la obstinación de la cabra, y de La cebra Camila, poético y sugerente, son apropiados para la lectura en voz alta. Los argumentos encadenados de ambas historias también facilitan una buena recepción del lector u oyente pequeño.
Otros álbumes: Juego de letras [1], Animales [2], Frutas [2], Juguetes, Viajes [3], con textos de Antonio Rubio [4].