Las ilustraciones ocupan las páginas derechas. Están compuestas en colores suaves, con aerógrafo, y son como cuadros realistas compuestos con cuidado, donde unas figuras con caras simpáticas y expresivas son perfectamente nítidas sobre fondos difuminados, como en las fotografías tomadas con teleobjetivo, con lo que se logra el efecto de que resalten y «se salgan» de la página. Los textos, muy cortos, ocupan la página izquierda y van acompañados de pequeños y graciosos dibujos en blanco y negro.
La narradora predica un relativismo sano: unos viven por la noche y duermen cabeza abajo, y otros viven por el día y duermen cabeza arriba. Y enfoca la diversidad como una riqueza:
—«¿Cómo podemos ser tan distintos y sentirnos tan iguales? —meditó Flitter.
—¿Y cómo podemos sentirnos tan distintos y ser tan iguales? —se preguntó Pip.
—Creo que eso es todo un misterio —pió Flap.
—Estoy de acuerdo —dijo Stelaluna—. Pero somos amigos. Y eso sí que está claro».