Historia positiva y optimista, con acentos de cuento clásico. A lo largo de su desarrollo pierde fuelle y, a veces, pesan el tono dulzón y la clara intención educativa. Sin embargo, su mérito procede del momento en que se escribió y del tirón propio de un maestro de la narración oral, que por ejemplo se vislumbra en párrafos memorables como el del arranque del relato: «A raíz de su desaparición corrieron varios rumores por el charco: alguien afirmó que Ojos de Chispa, la gran víbora que vivía cerca del bosque, se lo había devorado; otro trajo la noticia de que fue visto entre las rocas del arroyo, y el anciano Glu-Glu, el Patriarca, supo que Cabeza Giratoria, la lechuza, estuvo con él conversando en el llano».