Relato bien escrito y compuesto. Tiene los acentos retóricos propios de la época y está construido a base de anécdotas que reflejan la personalidad del biografiado. Contiene muchas consideraciones de tipo didáctico y tiene una clara intención de transmitir patriotismo a los chicos argentinos. Es un relato jugoso para quien esté interesado en conocer las preocupaciones educativas del autor así como en cuestiones de ambiente e historia locales.
En esos mismos dos sentidos es también reveladora su obra biográfico-política acerca del caudillo riojano Facundo Quiroga, titulada Facundo [1] (1845); Buenos Aires: Santillana, 1997; 294 pp.; col. Clásicos esenciales Santillana; estudio y notas de Pablo Ansolabehere; ISBN: 950-46-5141-0.
Según Ernesto Sabato, «lo admirable del Facundo es la fuerza de sus pasiones. Está lleno de defectos sociológicos e históricos, pero es una gran novela». Según Jorge Luis Borges, «Sarmiento era un gran escritor, un hombre de genio» y Facundo «es nuestra Biblia, como suele decirse»: un gran poema épico donde se crea todo un personaje al que, por motivos políticos, se presenta como un gaucho cuando no lo era.
Notas:
La cita de Ernesto Sabato está en Diálogos Borges Sabato compaginados por Orlando Barone (1976). Buenos Aires: Emecé, 1996; 173 pp.; ISBN: 950-04-0052-9.
La cita de Borges está en Borges el memorioso (1982; entrevistas en 1979). Conversaciones de Jorge Luis Borges con Antonio Carrizo. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1986, 2ª ed.; 315 pp.; col. Tierra Firme; ISBN: 968-16-1351-1.