Tagore escribió para sus alumnos de Santiniketan, la «escuela de la Paz» creada por él en 1901, El cartero del Rey, un poema dramático que destila ternura y esperanza, y que presenta la muerte de un niño de un modo poco habitual. En la peculiar espiritualidad de Tagore influía también la idealizada visión victoriana del recuerdo de la infancia, en la que se simboliza la inocencia, y a la que se quiere proteger anunciándoles un amanecer que les evite el miedo a la muerte. Es un valor añadido la magnífica traducción de Juan Ramón JIMÉNEZ [1] y su esposa, Zenobia Camprubí.
Otras obras: Mis recuerdos [2], Obra escojida [3].