Acuarelas a doble página en las que predominan el azul y el blanco, extraordinariamente bien compuestas y con unos dibujos de calidad excepcional, tanto de los escenarios como de las figuras. Con este álbum Schoenherr regresó a la ilustración de libros después de varios años de dedicarse sólo a pintar. En él logra transmitir las sensaciones que desprende la historia —frío, grandeza del paisaje, calidez humana, entusiasmo de la pequeña—, ya desde un magnífico arranque [1] que se complementará perfectamente con la escena final, e integra los bloques de texto en los espacios en blanco con toda la naturalidad de quien domina completamente los resortes propios de la confección de álbumes.
En otro orden de cosas, tanto las imágenes como el texto transmiten amor a la naturaleza, muestran la satisfacción de un pequeño momento de victoria, e inciden levemente pero con talento en las actitudes de la niña hacia su padre: de cariño, de admiración, de orgullo por acompañarle.
Otros libros a los que puso ilustraciones: Ben: el oso dócil [2], de Walt MOREY [3]; Rascal, mi tremendo mapache [4], de Sterling NORTH [5]; Julie y los lobos [6], de Jean Craighead GEORGE [7].