Solotareff intenta enganchar al lector con la fuerza y la claridad de sus composiciones, en las que combina los colores al modo del expresionismo abstracto. No pinta detalles, emplea un trazo negro muy grueso para enmarcar las figuras, usa colores restallantes cuyo contraste violento subraya el antagonismo entre personajes o entre actitudes, acentúa lo absurdo-grotesco de la situación o señala particularidades de interés usando distintos ángulos de observación.
Edu, el pequeño lobo es el primer álbum en el que ilustra páginas completas. Tú grande y yo pequeño refleja mejor aún los diferentes matices que definen la relación entre los dos protagonistas. En 3 brujas se aprecia la misma capacidad, pero no está protagonizado por animales humanizados, como había sido lo habitual en álbumes anteriores, y es un salto hacia una mayor sencillez en la composición: cada página derecha tiene una ilustración recuadrada que, con frecuencia, es sólo de una figura completa situada frente al lector. En ¡Qué más quisieras! es mayor la simplificación gráfica: sobre colores amarillos y naranja para el fondo, figuran en rosa el cocodrilo y en rojo el elefantito, contorneados con líneas gruesas, y en el caso del cocodrilo, a veces sólo una parte de su cuerpo sobresale de la superficie de la charca.
Con distintos matices, todas las historias muestran situaciones que pueden aparecer en una relación entre dos amigos, insisten en la importancia de la amistad y de la comprensión, terminan con la victoria final de un comportamiento ingenuo-bondadoso sobre otro más astuto y fuerte.
Otro álbum: El rey cocodrilo [1].