- Bienvenidos a la fiesta - https://bienvenidosalafiesta.com -

IRIARTE, Tomás de

En su edición original fueron 67 fábulas y, en ediciones póstumas, se fueron añadieron otras hasta llegar a las 76 que componen esta edición. En la inicial «Advertencia del editor» se indica que el libro es la «primera colección de fábulas enteramente originales que se ha publicado en castellano», que todas ellas se refieren a cuestiones relacionadas con la literatura, y que por tanto no son «fábulas meramente morales». Este era un comentario crítico hacia las fábulas de SAMANIEGO [1], publicadas un año antes, lo que provocó la enemistad entre ambos. Aunque algunas fábulas podrían aplicarse a cualquier otro terreno de la vida y aunque fabulistas anteriores trataron alguno de los mismos temas, en efecto fue original y novedoso la confección de todo un libro dedicado al trabajo literario: hay fábulas con normas para la creación literaria, las hay que hablan de los defectos de los escritores, otras que muestran rasgos negativos del mundo literario, otras que se refieren al juicio incorrecto de las obras literarias, algunas más con consejos generales.

Además, Iriarte incluyó un anexo donde señala las cuarenta clases de metro que usó en las fábulas: uno de sus propósitos era convertir las fábulas en un muestrario variado de elementos rítmicos y de recursos métricos. Y, si bien no todas tienen la misma calidad, en general todas ellas se caracterizan por una gran corrección expresiva y, en su conjunto, forman el repertorio métrico más rico de todo el XVIII. De ahí que Iriarte no sólo haya sido calificado de fundador de una nueva poesía didáctica, la fábula literaria, antes no ensayada en otras literaturas, sino que también se le juzga como el poeta español más completo hasta el siglo XIX, un innovador que precede al modernismo.

En sus fábulas hay personajes humanos, animales que se comportan como animales, plantas y elementos del mundo natural también humanizados o de modo verosímil. En contraste con fábulas anteriores, en ellas los animales no son crueles y toda la violencia que se permiten es dialéctica. Así, en El gusano de seda y la araña, donde se habla de que «Se ha de considerar la calidad de la obra y no el tiempo que se ha tardado en hacerla», se dice lo siguiente: Trabajando un gusano su capullo, / la araña, que tejía a toda prisa, / de esta suerte le habló con falsa risa, / muy propia de su orgullo: / “¿Qué dice de mi tela el seor gusano? / Esta mañana la empecé temprano, / y ya estará acabada al mediodía. / ¡Mire qué sutil es, mire qué bella!…” / El gusano, con sorna, respondía: / “¡Usted tiene razón; así sale ella!”».